
Esta semana ha salido a la luz un nuevo caso de fraude alimentario. Una vez más, los productos cárnicos son los vehículos usados para engañar al consumidor en materia alimentaria. Este caaso se une a una extensa lista de fraudes alimentarios, en los que la carne ha sido uno de los alimentos peor parados.
Todos estos casos ponen en tela de juicio las prácticas de la industria alimentaria, así como la capacidad de las autoridades competentes para detectarlos y minan la imagen del sector, compuesto por otras muchas empresas que no llevan a cabo prácticas ilegales, pero ven salpicada su reputación. ¿Qué debe cambiar para evitar nuevos fraudes alimentarios?
La empresa Eurofrits, situada en Burgos y que elabora una amplia gama de productos ultracongelados, vendía productos cárnicos de vacuno (albóndigas, hamburguesas) sin indicar en su etiquetado la composición real de los mismos. La carne de vacuno se mezclaba con carne de cerdo, soja, otras grasas ... llegando a representar menos del 25% de la composición final del alimento, aunque el etiquetado no reflejase tal situación. Los productos implicados en este fraude alimentario se comercializaban bajo una marca propia y también con marca de distribuidor por todo el territorio nacional.
Este caso no hace sino engrosar la amplia lista de fraudes alimentarios que se han ido destapando en los últimos años y en los que la carne ha sido uno de los alimentos más perjudicados. Recordemos que hace ya cuatro años, se destapó en Irlanda un caso de fraude alimentario en el que las hamburguesas supuestamente de vacuno se elaboraban con carne de caballo y de cerdo, sin que ello quedase reflejado en el etiquetado de las mismas. Y hace un mes, se descubrió una gran red que comercializaba carne de caballo no apta para el consumo humano.
¿COMO LUCHAR CONTRA EL FRAUDE ALIMENTARIO?
En este artículo os explicábamos qué era un fraude alimentario y qué tipos existían. También os comentábamos brevemente, cómo se puede luchar contra él. Sin embargo, nos parece básico indicar qué
- Mayores controles por parte de las autoridades competentes. Si bien la Unión Europea es una de las zonas más seguras a nivel alimentario, las instituciones y gobiernos europeos se han dado cuenta de que es necesario establecer más controles y sanciones más importantes frente a las prácticas alimentarias fraudulentas. Así, el pasado 7 de abril se publicó el Reglamento Europeo 2017/625 (al que le dedicaremos un artículo en exclusiva) relativo a los controles y otras actividades oficiales realizados para garantizar la aplicación de la legislación sobre alimentos y piensos y de las normas sobre salud y bienestar de los animales, sanidad vegetal y productos fitosanitarios. Una de las novedades introducidas por este reglamento es el control más exhaustivo del fraude alimentario a través de controles no anunciados y más regulados y sanciones económicas para aquellos que lleven a cabo prácticas fraudulentas que reflejen un porcentaje de la cifra de negocio de la empresa. Este reglamento entró en vigor el pasado 27 de abril, aunque la mayor parte de sus disposiciones comenzarán a aplicarse a partir de 2019.
- Mayor compromiso por parte de la industria alimentaria. En este, como en casi todos los sectores, pagan justos por pecadores. Por eso, aquellas empresas alimentarias honradas deben diferenciarse del grupo minoritario que realizan prácticas fraudulentas. Una forma de certificar su buen hacer es la implantación de Sistemas de Gestión de la Seguridad Alimentaria certificados por IFS, BRC o FSSC 22000. Estos tres estándares exigen a las empresas alimentarias un mayor control y la lucha contra el fraude alimentario. En este artículo os hablamos de la última versión de la norma FSSC 22000, que entrará en vigor en enero del 2018 y que introduce nuevos requisitos para poder obtener la certificación. Uno de ellos es la prevención del fraude, mediante la documentación de un procedimiento de análisis de vulnerabilidades, en el que se establezcan medidas preventivas para evitarlo. La versión 7 de la norma BRC también se ha centrado en el fomento de sistemas para reducir la exposición al fraude de las industrias alimentarias. Asi mismo, IFS exige que se establezca un plan analítico de los productos en base a los riesgos sobre la seguridad alimentaria y/o la calidad (adulteraciones y fraudes).
- Clientes más exigentes. Las grandes cadenas de distribución ya están exigiendo a las industrias alimentarias más controles sobre el producto, ya sea mediante auditorias en sus instalaciones, la presentación de un certificado de seguridad alimentaria (IFS, BRC, FSSC 22000) o boletines de análisis. Esto se está haciendo cada vez más común entre los clientes de la industria alimentaria, pero es necesario que todos los distribuidores de alimentos refuercen los requisitos que les exigen a los productores alimentarios en materia de seguridad alimentaria y calidad (control del fraude, entre otros).
- Los laboratorios juegan un papel clave en la detención contra el fraude alimentario. Una de las técnicas más usadas para determinar fraudes en los productos cárnicos es la PCR (reacción en cadena de la polimerasa) que permite copiar y comparar fragmentos de ADN para saber si pertenecen a la misma especie. También existen técnicas analíticas para determinar la presencia de compuestos químicos no permitidos en los alimentos o autentificar el origen de un alimento. El análisis isotópico se emplea para la detección de diversos fraudes, desde la adición de azúcares no declarados en zumos hasta la dilución de zumos o vinos con agua y permite establecer el origen geográfico de determinadas materias primas. Sin embargo, es necesario el desarrollo de nuevas técnicas que permitan determinar con rapidez y precisión cualquier tipo de fraude.
LOS CONSULTORES DE TESTA asesoramos a las industrias alimentarias en la lucha contra el fraude, en la puesta en marcha de sistemas de control de las materias primas y los productos terminados, así como de Sistemas de Gestión contra el fraude y trabajamos codo con codo con las empresas para obtener un certificado IFS, BRC o FSSC 22000 que les ayude a respaldar sus buenas prácticas.
Así mismo, prestamos servicios de consultoría a mayoristas, grandes superficies y distribuidores para el control de sus proveedores a través de auditorías internas o el establecimiento de nuevos requisitos.
Para más información, no dudes en consultarnos.